
Un venezolano detenido en el centro de detención Krome de Miami afirma que preferiría regresar al país del que huyó a pesar de temer por su vida, que permanecer recluido en lo que describe como condiciones inhumanas en un centro de detención migratoria estadounidense.
Por El Nuevo Herald
Nerwys Alexandro Reyes Pineda, de 42 años, ingresó a Estados Unidos en julio de 2024 a través de la frontera con México utilizando una aplicación de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP One), creada por el gobierno de Biden para programar las entradas de migrantes que solicitan asilo. Tras obtener la libertad condicional por parte de un oficial de inmigración, se estableció en Houston, donde vivió con su novia durante ocho meses y obtuvo un permiso de trabajo y una licencia de conducir.
Pero su situación cambió drásticamente el 10 de junio, cuando su solicitud de asilo fue desestimada. Fue arrestado durante una cita de rutina en las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Miramar y desde entonces permanece recluido en el centro de detención Krome. Le ha contado a su familia que las condiciones son tan insoportables que ahora está considerando regresar por su cuenta a Venezuela.
La novia de Reyes Pineda, Kelly Bormita, dijo que él y más de 100 detenidos en Krome se encuentran recluidos sin acceso a duchas, camas ni mantas. Ha permanecido con la misma camisa negra, pantalones grises y zapatos negros que usó para su cita con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) y no le permitieron ducharse durante los primeros siete días de su detención, afirmó.
“Nos tratan como animales. Nos tienen esposados de pies, manos y cintura”, recuerda Bormita que Reyes Pineda le contó durante una llamada telefónica reciente.
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