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miércoles 18 de junio 2025
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Froilan Barrios: Conversaciones con sindicalistas petrolerosOpinión

Froilan Barrios: Conversaciones con sindicalistas petroleros

El mes de junio contiene especial significado para el movimiento sindical petrolero venezolano, al registrarse los primeros pasos de las luchas de los trabajadores del sector, tal como mencionamos el 02/04/2025 “A un siglo de la primera huelga petrolera” y con la firma de la primera acta laboral acordada hace 80 años un 14/06/1945.

Su importancia la reafirma Rafael Gallegos (15/06/2025) al señalar que “este nueve de junio se cumplieron cien años de la primera huelga petrolera en Venezuela. Poco recordada y muy local. No tuvo ni la pegada ni el impacto nacional de la huelga petrolera de 1936, que mostró las pésimas condiciones en que vivían los trabajadores petroleros ya la larga fue el soporte para la mejora de esos estatus hasta excelentes niveles”. En ese contexto se debe reconocer que motivó la creación de sindicatos en el Estado Zulia y en el Oriente del país, los cuales surgieron de Sociedades de Mutuo Socorro transformadas luego en sindicatos clasistas entre 1936 y 1945.

Posteriormente bajo la vigencia de la Ley del Trabajo de 1936 aprobada luego del fallecimiento del dictador Juan Vicente Gómez, el 14 de junio de 1945 se celebró el Primer Convenio Colectivo Petrolero (Francisco Marín-2001), mencionado también como la primera Acta Laboral, donde se incluye por primera vez el reconocimiento de los sindicatos y su facultad de representación de los trabajadores. A este se le identifica así, por cuanto no hubo una real negociación, y prácticamente las empleadoras cedieron ante los requerimientos de los trabajadores.

Son en definitiva dos grandes eventos, el primero centenario de la primera huelga y el segundo al conmemorar 80 años de inicio formal de la negociación colectiva, ambos se convierten hoy en una requisitoria contra un régimen que ha condenado al ostracismo a la acción sindical libre en el país, siendo una paradoja ante un mandatario y un estado que se ufanan de su “carácter obrero”, cuando en realidad han sido sus sepultureros.

En estas amargas circunstancias dialogamos recientemente con sindicalistas petroleros de oriente y occidente del país, cuyos nombres omitimos por razones obvias ante el terror desatado con todo el peso del estado contra la libertad sindical, al extremo de encarcelar sindicalistas con penas hasta de 16 y 20 años por exigir salarios, elecciones sindicales, contratos colectivos y derecho a huelga.

Su relato permite reconocer lo que ha sufrido el conjunto del sindicalismo venezolano, comenzando con la contratación colectiva que ha marcado la historia del sindicalismo del sector, al haberse firmado desde 1946 hasta 2005 aproximadamente una veintena de convenios colectivos, siendo la federación nacional de mayor tradición en la materia.

A partir de 2005 se inició una ofensiva brutal de desmantelamiento del contrato colectivo petrolero, al eliminarse el comisariato, reducirse el régimen de campamentos, desaplicación del tabulador salarial, desmejoramiento extremo de las prestaciones de salud, jubilación, seguridad industrial, reduciendo la negociación a unilaterales prórrogas patronales sucesivas del convenio, con la suspensión definitiva hasta el presente 2025 a través de la resolución 2792 impuesta por el Ministerio del Trabajo en 2018.

En referencia a las elecciones sindicales la última elección se realizó en 2009 con la elección de la FUTPV, entretanto para los sindicatos de base las ultimas elecciones se realizaron entre 2001 y 2005, significando mas de 20 años sin renovación democrática del liderazgo sindical de base, de un movimiento sindical caracterizado por la democracia sindical plena, desde 1960 hasta 2001 se realizaban elecciones bienales en los sindicatos.

En el sector de Contratistas cuyos trabajadores disfrutaban integralmente de los beneficios de la convención colectiva, se conoció un agresivo plan de flexibilización y precarización laboral con la implantación de cooperativas fraudulentas y de Empresas de Producción Social, que los ha excluido del ámbito del contrato colectivo petrolero.

La conversación con los directivos sindicales concluye en un ambiente de incertidumbre y de temor a la represión del patrono PDVSA, quien condena la protesta laboral en colaboración con el Ministerio del Trabajo, convirtiendo a los sindicatos en testigos cómplices de una relación laboral sometida al castigo y a la prohibición de la libertad sindical.
En esta ofensiva ha sido clave el rol jugado por la FUTPV devenida en una federación patronal que ha intervenido los sindicatos petroleros de base, imponiendo con PDVSA la desaplicación integral del convenio colectivo y la persecución a la disidencia sindical.

En resumidas cuentas, todo lo descrito en este intercambio con los sindicalistas resalta el deterioro paulatino de las condiciones de trabajo en el sector petrolero y la perdida de autonomía de los sindicatos del sector, de manos de un estado que ha ideologizado la relación laboral en detrimento del trabajo digno que otrora conocieron los trabajadores y sus familias en todo el país.

Froilán Barrios Nieves

Movimiento Laborista

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