Todavía el país no ha salido de la sorpresa después de que Maduro comunicó por televisión de la firma de un “Memorando de Entendimiento” entre Colombia y Venezuela, creando una “Zona de Paz, Unión y Desarrollo Binacional Especial” en la frontera común.
Por semana.com
El acuerdo fue suscrito curiosamente por las ministras de Comercio de los dos países, además por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, dada la importancia del instrumento. Sin embargo, aunque no firmó, estuvo presente en la firma el pastor Alfredo Saade, que está en todas partes y que reemplazaba a la vicepresidenta colombiana, que no asistió.
Según Maduro, esta zona comprenderá los estados de Zulia y Táchira, así como los departamentos de Norte de Santander, Guajira y Cesar. En ella, solo habrá “paz, amistad, convivencia”, así como “desarrollo cultural, de salud y turismo”, entre otros. También se va a fomentar la agricultura, la ganadería y el comercio, incluyendo la creación de medianas y pequeñas industrias.
En la zona todo será felicidad, una especie de Shangri-la, no obstante que la frontera en el sector de Norte de Santander y el Táchira es reconocida como una de las más peligrosas del mundo. Es extraño que lo que no han hecho Maduro en doce años, ni Petro en tres, se vaya a realizar en esa zona, cuando el presidente de Colombia está en la recta final de su mandato.
Maduro ya había formulado hace algún tiempo la propuesta, sin que al menos que se sepa, Colombia hubiera reaccionado oficialmente. Es posible que con este “memorando” los grupos armados que encuentran refugio y protección en territorio venezolano y que han generado un desplazamiento de más de ochenta mil personas y asesinado a decenas de civiles, así como a militares y policías, estarán muy satisfechos.
Maduro, además, logra una zona de amortiguación paralela a la frontera. Le va a permitir que grupos armados colombianos, que han declarado que defenderán al régimen venezolano, así como los “colectivos” y demás paramilitares venezolanos, puedan eventualmente defenderlo con mayor facilidad en una hipotética y absurda intervención.
También señaló que el área será un lugar de unión de los pueblos y de los movimientos políticos. No se sabe de qué movimientos políticos se trata.
El acuerdo, que pinta “pajaritos de oro“, pero que su desarrollo e implementación puede llegar a tener graves efectos, elude la aprobación de los congresos, en especial del Congreso colombiano, porque el de Venezuela aprueba todo. A pesar de que, además de ser suficientemente confuso e impreciso vago, resolvieron también bautizarlo como “Memorando de Entendimiento”.
No se sabe si siendo una zona de paz y que las Fuerzas Militares de Colombia se encargan precisamente de preservar la paz, fueron informadas debidamente. Igualmente, si tan trascendental documento ha sido analizado por otros estamentos.