“Habrá un golpe de Estado, un Gobierno de transición con todos los grupos representados y todo ocurrirá sin un baño de sangre”, aseguraba hace unos días Shivan, sirio residente en el norte del país, que oculta su nombre real por motivos de seguridad. Si hubiera sido cualquier otro, se podrían haber puesto sus palabras en cuarentena, pero viniendo de él, que ha vivido la revolución, la atroz represión del régimen de Bachar el Asad y la despiadada guerra civil que alimentaron tanto él como la injerencia internacional, había muchas probabilidades de que sus predicciones se cumplieran.