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viernes 20 de junio 2025
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Enrique Prieto SilvaOpinión

Enrique Prieto Silva: ¡El rechazo a las medidas!

A pesar de la marcada debacle en el sistema de gobierno, generada por circunstancias endógenas o no, surgidas si, por la desidia y la disparidad política en la unidad democrática originada por la desgracia sistémica iniciada en 1998, no debemos olvidar que: “Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”. Esto nos obliga a recordar también, que aun cuando la política nos conduzca a violencias físicas y legales como las que hemos tenido antes y después del último proceso electoral presidencial, debemos mantener viva la llama de la libertad concretada en la independencia y en la autodeterminación nacional. Es triste escuchar voceros políticos agoreros, insistiendo en la antipolítica contra el voto; y en pedir a bloques y gobiernos extraños, que impidan el desarrollo económico de Venezuela como medida para apoyar la lucha contra el fraude electoral; es decir, piden a otros gobiernos nacionales, que impongan sanciones económicas al país para castigar al presidente.

Han sido muchas las causas de esta solicitud, a la cual siempre nos hemos opuesto, fundamentándonos en los principios constituciones de la República, entendiendo que, “La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y ‘la autodeterminación’ nacional.”; y, entendiendo esto, pensamos en la doctrina y el elemental conocimiento de la intelectualidad ciudadana, que desecha la subordinación y la tutela externa en el manejo de nuestra política, que es la orientación del gobierno, que como dice la Constitución, “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.”

Cuando escuchamos a venezolanos solicitando se impongan medidas como rechazo al sistema de gobierno en nuestro país, sentimos el dolor que genera la ignorancia y la insípida balandronada de quienes creen ser héroes o proceres de esta lucha sin sentido. Lo repetimos: ¡Da risa, por no decir vergüenza!, oír voces agoreras que nos dicen: “como hicieron en Panamá o en Irak”. Aquí, de la risa o la vergüenza, pasamos a sentir tristeza, ya que no concebimos tanta ignorancia insípida por depravada en venezolanos y hasta militares, que se apertrechan en su guarimba sin pundonor ni desparpajo, para arrostrarnos en la cara nuestra ignorancia pueril e incrédula. 

Sin dudas, el rechazo a las medidas es un sano ejercicio de comprensión política, en el entendido, que la soberanía es el mejor recurso para la paz regional. Así lo vimos el pasado 9 de abril, cuando reunidos en Tegucigalpa, capital de Honduras, la Novena Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), al abrir el encuentro se hizo un llamando a la unidad y a la defensa de los pueblos de la región frente al colonialismo de las grandes potencias y como respuesta a la guerra comercial y arancelaria desatada en estos días por Donald Trump, Presidente de Estados Unidos; propuesta tuvo eco al renombrarse las propuestas de integración regional como respuesta clave y central a las crisis. Obviamente, se redirecciona el objetivo del CELAC como una Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina con el objetivo de avanzar en una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a las soberanías de cada país y a los acuerdos comerciales de cada uno.

Con nuestra insistencia en el rechazo de las medidas recordamos lo que antes dijimos, que millones de venezolanos sufrimos hoy víctimas de las sanciones extraterritoriales, que por ilegitimas deben desaparecer; de ello depende la vida de los venezolanos y el futuro de nuestra nación; sería lamentable olvidarnos de las sanciones, las que siempre deben generar rebeldía, reafirmando la vida digna de todos los venezolanos. En un principio, las sanciones fue el mecanismo utilizado por la comunidad internacional para presionar la solución de la situación interna venezolana; estas, en principio fueron personalizadas y por tanto dirigidas a determinados personajes venezolanos, pero lo cierto es que ellas, en buena medida se han hecho generales y afectan a todos en nuestro país; peor aún, deterioran nuestra economía hasta hacerla irrecuperable y de un futuro incierto. Es obvio, que el tema de las medidas siempre será un obstáculo para resolver el problema político nacional, el que a todas luces dejó de ser ideológico como lo fue en su inicio, para convertirse en un daño irreversible. 

@Enriqueprietos

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