
El primer ministro belga, Bart De Wever, ha presentado orgulloso esta semana al nuevo inquilino de su residencia oficial: un gato Scottish Fold, bautizado como Maximus Textoris Pulcher, que cobró un inesperado protagonismo durante las recientes negociaciones que mantuvieron miembros del Gobierno belga hasta altas horas de la madrugada.
A través de las redes sociales, De Wever anunció hace unos días la llegada de la nueva mascota a su residencia bruselense, ubicada en el número 16 de la rue de la Loi, en pleno centro de la capital belga.

El gato procede de un refugio para animales situado en una localidad de Flandes al que llegó tras haber sido recogido de la calle y es portador de un virus que le impide pasearse al aire libre.
«El empleado más adorable del primer ministro», dice la cuenta de Instagram creada para el ilustre felino, donde aparece en una foto sobre un sofá junto a un gran león de peluche.
«Mi nuevo hogar. Ya encontré un amigo», dice la misma publicación en referencia al peluche.

El nombre elegido por el primer ministro para su protegido, Maximus Textoris Pulcher, está inspirado en parte en el de un político de la antigua Roma, Titus Clodius Pupienus Pulcher Maximus, explica el diario La Dernière Heure.
Los gatos Scottish Fold, reconocibles por sus orejas caídas, tienen una mutación genética que les condena a padecer problemas articulares que pueden llevar a la parálisis.
EFE