
El rey Felipe de los belgas concederá el título de «príncipe» al joven de 25 años e hijo de la modelo y cantante Wendy Van Wanten cuya paternidad biológica ha reconocido recientemente el hermano pequeño del monarca, el príncipe Lorenzo, según informó el diario local Het Laatste Nieuws.
El joven Clement Vandenkerckhove, que usa el apellido de su madre -cuyo verdadero nombre es Iris Vandenkerckhove-, pasará por tanto a ser miembro de la familia real y podrá optar al apellido Van Saksen-Coburg (Sajonia-Coburgo), así como reclamar el tratamiento de alteza.
ealNo obstante, el joven no formará parte de la Casa R, tampoco será incluido en la línea de sucesión al trono ni recibirá ninguna dotación económica.
Al reconocer públicamente la paternidad la semana pasada, el príncipe Lorenzo -Laurent, en su grafía original- explica que el anuncio «está guiado por un sentido de comprensión y de respeto hacia las personas implicadas» y que «es fruto de una consulta conjunta».
El nacimiento de Clement Vandenkerckhove tuvo lugar antes de que el príncipe Lorenzo se prometiera con la británica Claire Coombs, con quien se casó en 2003 y con quien tiene otros tres hijos.
Se da la coincidencia de que el padre de Lorenzo, el rey emérito Alberto II de los Belgas, tuvo que reconocer como hija ilegítima a Delphine Boël tras una batalla legal que comenzó en 2013 y en la que se realizaron incluso pruebas de ADN para verificar la paternidad.
El príncipe Lorenzo, por su parte, es una figura recurrentemente polémica, con declaraciones y comportamientos controvertidos como decir que la monarquía es una «estructura medieval» que no ha sabido adaptarse «suficientemente», o sus críticas por no haber sido invitado al funeral de la reina Isabel II de Inglaterra cuando «tanta gente común está ahí, supuestos funcionarios que se creen importantes y gente con ambición desmedida».
El hijo pequeño de la reina Paola y el rey Alberto II protagonizó otro escándalo al reunirse con el hijo del entonces dictador libio Muamar el Gadafi y más tarde al participar sin autorización en un acto en la embajada de China en Bélgica en 2017 que le costó una sanción financiera de 47.000 euros sobre los más de 300.000 euros a los que ascendía entonces su dotación por ser parte de la familia real. EFE