La salud sexual es un tema que representa un tabú en muchos contextos, pero que para quienes brindan servicios sanitarios es importante abordarlo a cualquier edad, incluso con los adultos mayores.
Fabiola Galviz, ginecóloga y experta en salud sexual y reproductiva, explicó que uno de los principales retos que enfrenta esta población en cuanto a su salud sexual es la creencia de que es un tema que solo se aborda en la juventud.
“Se ve que desde el punto de vista social muchas veces cuando se habla de la tercera edad lo relacionan con tranquilidad, descanso, enfermedades o comorbilidades, y bueno, la sexualidad se deja en un tercer punto y muchas veces hasta es considerada para las personas como vergüenza o algo inapropiado, porque no es algo que pareciera compatible con la vejez”, expresó Galviz en entrevista para El Diario.
Aclaró que la función sexual es parte de la salud de cada individuo y es un tema que no debe dejar de abordarse a medida que avanza la edad. Ante esto, llamó a las personas mayores a consultar estos aspectos en sus controles médicos sin vergüenza ni miedo.
Mitos sobre la sexualidad y la vejez
Alrededor de la sexualidad de las personas mayores hay una serie de creencias y mitos erróneos.
“Uno de los mitos más comunes es que la libido de la mujer disminuye durante la menopausia. Otra creencia común es que el sexo es doloroso a esa edad”, detalló la especialista.

Agregó que es un error creer que los adultos mayores no pueden disfrutar de su sexualidad. Destacó que el cuerpo de la mujer y el hombre enfrenta cambios en sus distintas edades y para poder lograr que la intimidad sea placentera podrían necesitar se adaptaciones.
“Es muy importante tomar en cuenta que la mujer a lo largo de su vida cambia desde el punto de vista hormonal. En esa etapa la función ovárica disminuye, hay una disminución de las concentraciones de estrógeno. Eso va a llevar a cambios más allá de la ausencia de menstruación”, explicó.
Agregó que la mujer experimenta cambios en la mucosa vaginal, en la mucosa uretral y en la piel.
“Esto pasa porque disminuye la turgencia, disminuye el colágeno, disminuye algo que conocemos como la neovascularización o la vascularización de la zona y eso genera sequedad, dispareunia, que es dolor con las relaciones, genera prurito o ardor e infecciones urinarias recurrentes”, dijo.
Presentar estás molestias durante las relaciones sexuales es uno de los principales motivos por lo que mujeres mayores se abstienen de tener intimidad. Recomendó que si alguna mujer está pasando por esto se lo informe a su médico en consulta. Indicó que existen estudios basados en evidencia que le permiten al especialista ayudar a cada paciente de forma individualizada.
“Para esto se toman en cuenta las comorbilidades del paciente, es decir, enfermedades como diabetes, hipertensión e incluso hasta antecedentes de patologías neoplásicas. Al individualizar al paciente, le das una serie de alternativas médicas que puedan ayudarlo a disminuir estos síntomas”, acotó.
Opciones y alternativas

Si la persona presenta alguna molestia al momento de tener intimidad, hay varias alternativas que le podrían facilitar volver a disfrutar su sexualidad. La especialista señaló que existen opciones sencillas y de bajo costo, pero también tratamientos más complejos.
“Entre las opciones tenemos hidratantes, lubricantes, se utiliza también tratamientos a nivel vaginal que contienen ácido hialurónico, tratamientos de estrógeno local que se le puedes dar a la paciente si no existe ninguna contraindicación”, señaló.
Algunos de estos hidratantes cuentan con prebióticos, lo que ayuda a prevenir infecciones y mejorar la microbiota de la zona.
Galviz agregó que hay algunas terapias más complejas como las basadas en radiofrecuencia o en láser, lo que mejora la salud sexual de los pacientes. Estos tratamientos aumentan la síntesis de colágeno, generan una neovascularización y una mayor hidratación en la zona.
“Las pacientes se ven favorecidas porque disminuye el dolor con las relaciones, disminuye el prurito, disminuye la sequedad vaginal y eso va a generar en la paciente una satisfacción no solamente desde el punto sexual, sino también desde el punto de vista personal, porque van a disminuir las infecciones urinarias recurrentes, también tiene efectos positivos sobre la mucosa uretral”, dijo.
Menopausia, andropausia y comorbilidades relacionadas con la edad
La ginecóloga explicó que la mujer pasados los 45 años de edad enfrenta un proceso biológico llamado menopausia, que representa una reducción en el estrógeno que produce el cuerpo. Esto tiene una serie de síntomas como calores o bochornos, trastornos del sueño, síndrome genitourinario de la menopausia y atrofia bulbovaginal.
“Esto permite que haya una pérdida de elasticidad de los tejidos, los que va a llevar a la disminución de la libido porque la paciente va a tener relaciones dolorosas”, indicó Galviz.
En el hombre ocurre un proceso conocido como andropausia, que implica una caída gradual de la testosterona. La especialista indicó que esto puede derivar en una disminución en el deseo sexual, disfunción eréctil y un volumen reducido del eyaculado. Galviz agregó que también existen algunas patologías que pueden afectar la función eréctil como la hiperplasia prostática, la diabetes e incluso la hipertensión arterial.

“No podemos olvidar los hábitos psicosociales como el alcohol, el tabaquismo y, por supuesto, el sedentarismo y eso abarca a ambos grupos, tanto en la menopausia como en la andropausia”, detalló.
Aclaró que solo la edad no representa una disminución por completo de la libido, sino que los cambios hormonales, el dolor o los síntomas en el aparato reproductor pueden bloquear las señales de placer en el cerebro y limitar la frecuencia con que la persona decide tener relaciones.
Galviz explicó que incluso las personas mayores podrían tener ciertas ventajas para poder tener una vida sexual plena en comparación con otras personas como el que no existe el riesgo de un embarazo sin planificación, el pleno conocimiento de su cuerpo y de su pareja, si se trata de una relación de años. Mencionó que para lograr esto se debe tener una educación sexual adecuada.
“Al no educar al paciente a lo largo de la vida y de que existen cambios durante la adolescencia, en la edad reproductiva, en la adultez y en la menopausia, hace que haya desconocimiento de estás posibilidades”, explicó.
La experta en salud sexual y reproductiva advirtió que cualquier decisión que se tome para mejorar la función sexual debe consultarse con un médico para verificar que no esté contraindicado. Como cada paciente es distinto, se deben evaluar sus necesidades y su salud en general antes de empezar algún tratamiento.
Expertos consultados:
Fabiola Galviz , ginecóloga y experta en salud sexual y reproductiva . Se realizó la entrevista el 2025-08-29.
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La entrada El placer no envejece: la conversación pendiente sobre la salud sexual de los adultos mayores se publicó primero en El Diario.