
Uno de los diarios más reconocidos de Estados Unidos publicó un extenso artículo en el que asegura que Marco Rubio, Secretario de Estado de los Estados Unidos, habría supervisado un acuerdo con el régimen de Nicolás Maduro para liberar a inmigrantes venezolanos detenidos en la cárcel de máxima seguridad de El Salvador.
Por Frances Robles / Julie Turkewitz / Zolan Kanno-Youngs / nytimes.com
Sin embargo, el trato nunca se concretó, ya que el enviado para asuntos especiales, Richard Grenell, quien había sido delegado por Trump para negociar con Maduro, también adelantaba conversaciones con el régimen en un acuerdo que resultaba más conveniente para los líderes del chavismo en Venezuela.
Se trata de un acuerdo con el permiso para que Chevron continuara sus operaciones petroleras en Venezuela, algo que resultaba atractivo para el régimen, pues mantenía activa una fuente vital de ingresos para los allegados a Nicolás Maduro.
Según el The New York Time, las negociaciones, que incluían la liberación de unos 80 presos políticos venezolanos, además de los dos acuerdos descritos previamente, fueron reveladas por fuentes anónimas al diario norteamericano, quienes pidieron mantener su identidad en reserva por lo delicado del tema.
El Departamento de Estado no logró cerrar el trato, los funcionarios del gobierno norteamericano no alcanzaron un consenso claro que permitiera concretar la negociación, mientras que 250 personas de origen venezolano continúan detenidas en la cárcel más importante de El Salvador.
En el texto publicado por el The New York Times, se habla de dos iniciativas diplomáticas de Estados Unidos —una encabezada por el senador Rubio y la otra dirigida por el enviado especial Richard Grenell— las cuales involucraron conversaciones con el mismo vocero venezolano, Jorge Rodríguez, actual presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.
Así lo confirmaron un funcionario estadounidense y otras dos personas familiarizadas con la situación.
Estos esfuerzos contradictorios evidenciaron una prolongada discordia acerca de cómo abordar la problemática de Venezuela. Además, reflejaron la confusión que caracterizó el primer período de la administración Trump, cuando distintos funcionarios rivalizaban por obtener la atención presidencial.
Esta ausencia de coordinación dejó a los funcionarios venezolanos sin certeza sobre quién verdaderamente representaba al presidente Trump, lo que finalmente resultó en que ciudadanos estadounidenses y venezolanos permanecieran privados de la libertad.
“La oferta de intercambiar migrantes venezolanos en El Salvador por prisioneros sigue sobre la mesa, según declaró un funcionario estadounidense. La Casa Blanca no está dispuesta, por ahora, a extender la licencia de Chevron en Venezuela», según registra el diario norteamericano.
En su momento, se registraron dudas sobre la posible división dentro del Gobierno norteamericano en cuanto a las negociaciones con Maduro, una pregunta que respondió la jefa de prensa de la Casa Blanca.
“No hay fracciones ni divisiones”, declaró Karoline Leavitt, “El presidente tiene un solo equipo, y todos saben que él es quien toma las decisiones en última instancia”.