
«¡Felicitaciones! ¡Muchas gracias por todo el apoyo para este canje, esta liberación, que ha llenado de tanta felicidad a tantas familias en Venezuela!», se dirigió Nicolás Maduro a José Luis Rodríguez Zapatero el pasado domingo, como si de una fiesta familiar se tratara. En una mano, el teléfono móvil y, en la otra, la niña Maykelis Antonella, con el objetivo de vender una postal familiar que tanto gusta a la dictadura bolivariana.
Por: El Mundo
La pequeña, de dos años, conocida también como la Elián venezolana, es una de las protagonistas del drama propagandístico montado por el chavismo con las familias de los deportados por Donald Trump. La niña regresó a brazos de su madre después de que las autoridades estadounidenses las separasen.
«Ha sido una gran decisión. Y yo estoy muy feliz, muy satisfecho y muy agradecido», respondió el ex jefe del Gobierno español al líder de facto de Venezuela, que aprovechó la tesitura para invitar a su gran aliado europeo a su país «para que pueda, como siempre, ayudar a los procesos de diálogo». «Eso está hecho, ya me preparo», subrayó dicharachero Zapatero en una escena que se ha repetido sin tregua en los medios propagandísticos de la revolución.
La irrupción de Zapatero tiene un importante calado político, más allá de que sea visto por el Palacio de Miraflores como el engranaje perfecto para sus maquinaciones. También ha provocado un giro a los acontecimientos, según pudo saber este periódico de fuentes opositoras: el aliado de Maduro ha propuesto una lista con una veintena de presos políticos, considerados pesos pesados por ser dirigentes o por su activismo, entre los que se incluye una mujer hispanovenezolana. El ex presidente español estaría buscando un regreso por la puerta grande a la política venezolana, que dependerá finalmente de la decisión de Maduro.
De esta forma, tan forzada como inesperada, Zapatero ha comenzado su regreso a Venezuela un año después del megafraude electoral del 28J, que vivió en Caracas en primera persona. El otro canciller de Maduro, como le llaman en la oposición, prefirió abandonar la capital venezolana tras la sangrienta represión poselectoral que sucedió a la paliza que el opositor Edmundo González Urrutia propinó a Maduro: cuatro millones de votos de ventaja trastocados por los fontaneros electorales del poder revolucionario en el mayor fraude electoral de la historia en el continente.
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