El estudiante de 14 años que ayer mató a una vigilante de su centro de secundaria en Nogent (Francia) quería acabar con la vida de una persona con esa función «sin importar cuál», explicó este miércoles la Fiscalía que lleva el caso.
El estudiante, que fue detenido inmediatamente, utilizó un cuchillo de cocina de grandes dimensiones con una hoja de 20 centímetros, indicó el fiscal Denis Devallois en una conferencia de prensa en Chaumont (noreste).
Añadió que, en los primeros interrogatorios, el menor manifestó que «no soportaba más el comportamiento de las vigilantes», una tarea que en ese centro realizan solo mujeres y a las que achacaba una actitud discriminatoria hacia ciertos alumnos.
Además, una vigilante -no su víctima- les regañó a él y a una amiga el viernes pasado porque estaban besándose.
Por ello, desde el pasado sábado tomó la decisión de «matar a una vigilante, sin importar cuál», añadió el fiscal.
Devallois detalló que el menor mantiene hasta el momento una actitud «distante» y «no muestra remordimientos ni empatía por la víctima», aunque «no manifiesta signos de un posible problema (de salud) mental».
El joven tiene «fascinación por la violencia y la muerte», con «admiración» por los videojuegos violentos, aunque su familia es «estable», dijo el fiscal.
Añadió que, ante la premeditación de la acción, se aplica el cargo de asesinato, y al ser sobre una persona depositaria de autoridad, supondría una pena de cadena perpetua para un adulto, aunque en este caso la condena máxima sería de veinte años de prisión.
El suceso ocurrió en la mañana de ayer, frente a la entrada del centro de secundaria, donde el autor sacó el cuchillo y asestó «varias cuchilladas violentas» a Mélanie G., de 31 años, indicó Devallois.
A pesar de la rápida intervención de los servicios de emergencias, la víctima falleció poco después.
El agresor fue detenido inmediatamente, ya que ese día había en el centro una unidad de la Gendarmería realizando un control aleatorio en busca de armas blancas en las mochilas de los estudiantes.
El suboficial que lo detuvo sufrió un corte de carácter leve en una mano.
Este nuevo incidente mortal protagonizado por un menor con un arma blanca, el último de un largo rosario en los últimos años en Francia, generó nuevos pronunciamientos de la clase política.
El presidente Emmanuel Macron prometió en una entrevista televisiva la prohibición de las redes sociales a los menores de 15 años, mientras que la ministra de Educación, Elisabeth Borne, apostó por proteger a los jóvenes de la sobreexposición a las pantallas, que según ella normalizan la violencia.
El primer ministro, François Bayrou, anunció también la pasada noche que en un plazo de quince días entrará en vigor la prohibición de la venta de cuchillos a menores.
Desde que en Francia comenzaron los registros aleatorios sobre los estudiantes a finales de marzo, en respuesta al aumento de episodios de uso de armas blancas, se han incautado más de 300 en 6.000 inspecciones.
Los centros educativos franceses guardarán un minuto de silencio mañana jueves al mediodía en homenaje a la monitora asesinada, que tenía un hijo de cuatro años y era concejala de una pequeña localidad de 103 habitantes. EFE