Jean-Pierre Adams fue, durante décadas, uno de los nombres más respetados del fútbol francés. Defensor central de fuerza descomunal y carisma tranquilo, formó parte de una generación que abrió el camino a los futbolistas africanos en Europa en los 70.
Jugó en Nîmes, Nice y PSG y fue internacional con la selección francesa en 22 ocasiones.
Pero su historia no se cuenta solo por sus logros deportivos, sino por el abismo que se abrió el 17 de marzo de 1982, cuando una operación de rodilla terminó con él en coma profundo, del que nunca despertó.
A mediados de los años 70, su carrera comenzó a fluctuar. Una serie de lesiones y el bajo rendimiento de su equipo afectaron su nivel.
En el hospital de Lyon le dignosticaron un problema en un tendón. Se podría operar, pero no era urgente. Sin embargo, decidieron avanzar.
Lo operaron y le dieron anestesia. El hospital estaba en huelga. El anestesista administraba medicación a ocho pacientes al mismo tiempo.
Adams fue supervisado por una estudiante que debía repetir parte de su formación. Lo intubaron mal y no recibía oxígeno. El daño cerebral fue irreversible. Cayó en coma y nunca despertó.
El anestesista y la estudiante a cargo recibieron solo un mes de condena, con pena suspendida y multas menores. El hospital admitió que Jean-Pierre fue intubado incorrectamente, pero los responsables siguieron con sus carreras. La anestesista, localizada años después, solo dijo: “No quiero oír más de esta historia”.
En septiembre de 2021, Jean-Pierre Adams murió en Nimes. Tenía 73 años. Había pasado 39 de ellos en coma.
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