
Cada tanto, la realidad supera la ficción y los crímenes más antiguos pueden encontrar respuesta de la forma menos esperada.
Por: Infobae
El caso del escalofriante asesinato de Joseph Mulvaney es ejemplo de cómo la persistencia y el avance de la ciencia, sumados al interés colectivo impulsado por la televisión, consiguieron romper 40 años de silencio y dolor alrededor de una familia marcada por el misterio. Lo que empezó como un simple favor entre vecinos terminó exponiendo un crimen que permanecía oculto tras identidades cambiadas, un baúl cerrado por décadas y secretos guardados celosamente.
La historia inicia en Thermopolis, Wyoming, una localidad tranquila donde la vida transcurría sin mayores sobresaltos, hasta que un hallazgo macabro cambió la rutina de una familia y movilizó a la policía local.
El caso se transformó en un rompecabezas para los investigadores, mientras la identidad de la víctima y la causa de su muerte se convertían en fuente de rumores, teorías y un dolor inconmensurable para quienes esperaban respuestas desde hacía años.
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