
La historia de Regina Kay Walters es una de esas que hielan la sangre y dejan una marca imborrable en la memoria colectiva. Su rostro, capturado en una foto que se volvió tristemente famosa, refleja el terror puro de una víctima que supo, en ese instante, que no había escapatoria.
Por TN
Todo comenzó cuando Regina, una adolescente de Pasadena, decidió dejar atrás su rutina junto a su novio, Ricky Lee Jones. Juntos, emprendieron un viaje a dedo rumbo a México, sin imaginar que el destino les tenía preparada una pesadilla.
En el camino, un camionero de aspecto tranquilo les ofreció llevarlos. Ese hombre era Robert Ben Rhoades, que más tarde sería conocido como el “Asesino de la Parada de Camiones”. Lo que parecía un simple viaje se transformó en una trampa mortal.
Un camión convertido en cámara de tortura
Rhoades había modificado parte de su camión para convertirlo en una verdadera cámara de tortura sobre ruedas. Apenas subieron, la pareja quedó a merced de un monstruo.
El asesino mató rápidamente a Ricky Lee Jones delante de Regina, y luego la mantuvo cautiva durante semanas. En ese tiempo, la sometió a torturas y abusos inimaginables, mientras recorría las rutas del país.
El final de Regina fue tan brutal como su cautiverio. Rhoades la llevó a un granero abandonado, donde le tomó la foto que hoy recorre el mundo: su expresión de terror es el testimonio más crudo del infierno que vivió. Poco después, la asesinó y dejó su cuerpo en ese mismo lugar, donde fue hallado por un granjero local.
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