Estamos a finales de 2025, y Donald Trump ha hecho lo que dijo que haría: imponer aranceles elevados a los bienes procedentes del extranjero, y aranceles extremadamente elevados a las importaciones procedentes de China. Estos impuestos han tenido exactamente el efecto que muchos economistas predijeron que tendrían, aunque Trump insistiera en lo contrario: precios más altos para los compradores estadounidenses.
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