Presidente por accidente, ha emprendido el mismo indigno camino que siguió el primer presidente depuesto al despuntar la Primavera Árabe, en 2011. Ha abandonado Damasco en la madrugada de este domingo, presumiblemente cargado con los ingentes bienes acaparados por su familia tras medio siglo de dinastía baazista. Pero si Zin el Abidín Ben Alí huyó de Túnez tras unas pocas semanas de revueltas que se saldaron con algo más de tres centenares de muertos, Bachar el Asad, nacido en 1965, solo ha escapado de Siria al cabo de casi 14 años de guerra civil, activa o larvada, que se han cobrado medio millón de muertos, el desarraigo de más de la mitad de la población, y que dejan décadas de ruina para Siria.
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