El ataque sorpresa que lanzó Israel contra Irán el pasado 13 de junio, para supuestamente prevenir que desarrollaran la bomba nuclear y que desencadenó el fuego cruzado entre ambos países, logró un amplio respaldo (82 %) entre la población, incluso entre los perfiles más de izquierda, como mostró una encuesta elaborada por el Instituto de Democracia de Israel.
Doce días después de ataques mutuos, algunos israelíes entrevistados por EFE sienten alivio con el anuncio de este martes del alto el fuego, pese a que en las primeras horas de su entrada en vigor el Gobierno israelí y el régimen de los ayatolás se acusaron mutuamente de haberlo violado.
«Estoy contento de saber que hay un alto el fuego encima de la mesa. Yo no tengo nada en contra de los iraníes y sé que allí también hay mucha gente que quiere la paz. Eso sí, su apoyo a Hamás y a Hizbulá no nos ayuda en nada para construir un camino de paz», explica a EFE un israelí que prefiere identificarse solo con sus iniciales E.H.
Para E.H., la decisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de empezar justo ahora esta guerra contra el régimen iraní tiene una simple razón: la necesidad de recuperar la credibilidad entre la sociedad después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 en los que mataron a 1.200 personas y secuestraron a 251 (todavía quedan en Gaza 50).
«Netanyahu siempre había querido llevar a cabo esta guerra desde hacía mucho tiempo, pero ahora tenía todas las cartas a favor para lanzar esta agresión. Además de que contaba con el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, ya que con (Barack) Obama fue imposible», apunta.
Este entrevistado advierte también de otra consecuencia: «Esta agresión israelí contra Irán va a aumentar el odio entre las nuevas generaciones de iraníes e incluso de gazatíes. Echo en falta más implicación de la comunidad internacional».
Tohar, una israelí de 30 años también ve con buenos ojos la llegada de una tregua (que habrá que ver si ambas partes cumplen), pero no esconde sus dudas de si era el paso que tenía que dar su Gobierno.
«Claro que me alegro por mí y por mi familia, pero igual deberíamos continuar con esta guerra porque Irán quiere acabar con nosotros. No podemos permitir que tengan la bomba nuclear», señala.
La normalización de la guerra
Los ataques iraníes en estos doce últimos días han causado en Israel 28 muertos, entre ellos menores, mientras que en Irán las autoridades cifran los muertos en 610.
Las últimas cuatro víctimas mortales israelíes fallecieron este martes tras el impacto de un misil iraní en la ciudad sureña de Beerseba, una de las más golpeadas por los obuses de Irán desde el inicio de las hostilidades, lanzado poco antes del inicio del alto el fuego.
«Aquí en Israel tenemos muy claro que hay que mantener algunas guerras para asegurar nuestro futuro, aunque eso implique muertos en nuestro lado. Es algo que tenemos muy interiorizado», señala.
Katerina, una joven rusa de 26 años que emigró a Israel hace seis, cuenta que durante estas noches de ataques con misiles balísticos iraníes ha tenido que tomar antidepresivos para lidiar con el miedo que le producían.
«Yo he pasado mucho miedo, así que me alegra saber que haya un alto el fuego. En casa no teníamos refugio, así que hemos dormido en un aparcamiento subterráneo», cuenta.
Su marido, Nikita, de 28 años, se muestra escéptico con que la vía diplomática pueda «poner fin a un problema que «ha existido siempre con Irán». EFE