
Según un estudio reciente del Center for Strategic and International Studies (CSIS) en Washington, aproximadamente un millón de soldados rusos han sido muertos o heridos desde el inicio del conflicto con Ucrania. Esta cifra refleja el alto costo humano del conflicto, que comenzó en febrero de 2022, cuando el presidente Vladimir Putin ordenó la invasión. Además, el mismo estudio estima que cerca de 400.000 tropas ucranianas han enfrentado bajas, elevando el número total de bajas combinadas a casi 1.4 millones de combatientes desde el comienzo de la guerra.
Las cifras mencionadas en el informe están sujetas a variaciones, dado que se basan en estimaciones de gobiernos estadounidenses y británicos y otras fuentes, debido a que Moscú tiende a subestimar sus bajas y el gobierno de Kiev no proporciona datos oficiales al respecto. Sin embargo, se recalca la dificultad de obtener cifras precisas en un conflicto de larga duración y de este calibre.
La ofensiva rusa en Ucrania avanza a un ritmo lento, moviéndose en algunas áreas a solo 50 metros por día. Desde enero de 2024, Rusia ha conseguido tomar menos del 1% del territorio ucraniano adicional, a pesar de mantener ocupada aproximadamente el 20% de Ucrania en general. Esto hace que esta campaña sea considerada una de las más lentas en la historia moderna de las operaciones militares, según Seth G. Jones, coautor del estudio. El ritmo del avance ruso recuerda la lentitud y el alto costo en vidas de la ofensiva de la Batalla del Somme durante la Primera Guerra Mundial.
Rusia ha mantenido sus niveles de tropas mediante tácticas como el reclutamiento forzado, incluyendo la primera leva desde la Segunda Guerra Mundial, y la inclusión de criminales en sus filas. En el campo de batalla, Rusia tiene casi tres veces más soldados que Ucrania, con más de 400.000 rusos enfrentando a 250.000 ucranianos, según analistas militares.
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