
Parece que las luces nunca están encendidas y las persianas permanecen cerradas.
A medida que pasan las semanas en la Casa Blanca, el rincón de la residencia utilizado durante mucho tiempo por las primeras damas permanece a oscuras, porque esta primera dama en realidad no vive en Washington.
Melania Trump desaparece durante semanas, refugiándose en la Torre Trump de Manhattan o en Florida, donde puede pasar desapercibida en Mar-a-Lago. Los funcionarios del gobierno aseguran que está en la Casa Blanca más a menudo de lo que el público sabe, pero no quieren (o quizá no pueden) decir con certeza cuándo exactamente y durante cuánto tiempo.
Es como tener a Greta Garbo de primera dama.
Se espera que Melania Trump reaparezca en la capital el jueves para develar un sello de correos en honor de Barbara Bush, la ex primera dama, y para asistir a una ceremonia en favor de las madres militares. Pero dos personas con conocimiento de su agenda dijeron que había pasado menos de 14 días en la Casa Blanca desde que su marido fue investido hace 108 días. Otros dicen que incluso eso es una estimación generosa. Funcionarios del ala este y del ala oeste declinaron múltiples peticiones de comentarios para este artículo.
El hecho de que el paradero de la primera dama sea uno de los temas más delicados de la Casa Blanca solo aumenta la intriga.
“No habíamos visto una primera dama de perfil tan bajo desde Bess Truman, y eso se remonta a la memoria humana viva, hace casi 80 años”, dijo Katherine Jellison, historiadora de la Universidad de Ohio cuya investigación se ha centrado en las primeras damas. Dijo que, al igual que Melania Trump, Bess Truman pasaba gran parte de su tiempo yendo de vuelta a “su casa siempre que podía”. (En el caso de Truman, era Independence, Misuri)
“Le gustaba su mundo privado”, dijo Jellison.
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