Recientemente, hace poco más de un mes, se eligieron jueces de paz entre bombos y platillos.
La Justicia de Paz, fue una institución que viniendo del período colonial poco a poco se fue esfumando de la memoria de los venezolanos y eso era y es lamentable.
El general Monteverde, triunfador sobre la Primera República y quien regresó a Venezuela, se casó con una pariente cercana del mariscal Sucre para después de una vida reposar en la ciudad de Cumaná, afirmó en sus memorias que el principal escollo que tuvo para avanzar hacia Caracas, habían sido los jueces de paz españoles que impedían los fusilamientos de patriotas venezolanos sin juicio y sentencia.
A finales del pasado siglo sobre la idea de regresar la Justicia de Paz se formó un partido cuya oferta era precisamente elegir jueces de paz en las comunidades.
Uno de los alcaldes que ese partido logró fue Henrique Capriles de Baruta quien en su primer período se empeñó en elegir previa formación de jueces de paz.
Para ese fin Henrique contrató a la mejor profesora de la materia quien ya había formado candidatos en el municipio Sucre de Miranda y me refiero a María Auxiliadora Dubuc quien luego sería concejal en Baruta.
Durante varios fines de semanas María Auxiliadora formó a los candidatos… entre ellos a mi persona que luego fui electo en 2003.
Bien: este recuento viene a colación porque hace poco se eligieron jueces de paz pero no a partir de las funciones que nuestra Constitución le otorga a las alcaldías y municipios… sino como parte del Poder Popular que si bien no aparece en la CRBV… fue avalado por el TSJ y es legal.
Estos jueces de paz son bienvenidos toda vez que los alcaldes generalmente se abstienen de organizar elecciones de jueces de paz… porque en el fondo temen que un Juez de Paz eficiente les quite liderazgo.
Sin embargo y eso se vio en esa elección esos jueces de paz populares que cuya elección fue aupada por el gobierno nacional… no fueron formados antes y muy poco después de resultar electos. Y las consecuencias se están viendo.
Desde 2003 soy Juez de Paz y como no se han hecho nuevas elecciones en Baruta o también en el Concejo Comunal de Las Mercedes de Baruta donde también resulté elegido… sigo siéndolo ya que la CRBV no ha sido modificada y tampoco he renunciado, me he muerto o estoy preso que son las condiciones para que un Juez de Paz pierda su condición.
El punto es que uno no se da abasto: en Baruta se eligieron cerca de setenta jueces de paz pero ahora solo quedamos actuando cerca de cuatro.
La Justicia de Paz se define como “ad honoren” lo que en un país que ha tenido inflaciones de seis dígitos es una heroicidad.
Y los nuevos jueces de paz electos por el Poder Popular de comunas y consejos comunales están en muchos caso “cojeando” por malos hábitos que vienen de la mala o nula formación inicial o de falta de supervisión.
En Baruta hasta que se fue Gerardo Blyde de alcalde a los jueces de paz se les dio formación y a ese respecto el mejor período fue el de Capriles Radonski.
La Fiscalía, el TSJ, el CICPC y hasta el FBI de los Estados Unidos nos dieron cursos aparte de los que la alcaldía contrataba para nosotros los jueces de paz… y por esa razón casi nunca fallamos.
Pero los jueces de paz del Poder Popular poco a poco están perdiendo el respeto de la ciudadanía y hasta algunos van camino de ser una plaga.
La inmensa mayoría al estar poco convencidos de su papel de mediador respetado y respetable por las partes… se dedican a amenazar al vecino “con la policía”. cómo en épocas del general Gómez o de Pérez Jiménez .
Otros toman parte en las sesiones de conciliación, no se inhiben cuando evidentemente representan a una de las partes… y lo peor fue uno que pretendía cobrar el impuesto de la propiedad inmobiliaria –el viejo derecho de frente- en vez de la alcaldía.
En fin… lejos de comenzar una cruzada para satanizarlos… pido más atención al tema de los jueces de paz populares… al Ministerio de las Comunas e incluso al TSJ aunque los jueces de paz no estamos bajo su tutela.
No creo que sea mucho pedir.
