
Especialistas en nutrición insisten en que la base de una vida larga y saludable no reside en fórmulas de laboratorio, sino en una alimentación variada compuesta por ingredientes naturales.
Diversas investigaciones científicas coinciden con esta premisa. Según The Times, un equipo de Harvard identificó una asociación entre dietas basadas en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, grasas saludables, pescado y ciertos lácteos, y una mayor esperanza de vida, así como mejoras en la salud física, mental y cognitiva.
Estos son algunos de los alimentos:
Bananas
Ricos en potasio, ayudan a regular la presión arterial. Estudios recientes indican que aumentar su consumo puede ser más efectivo que simplemente reducir el sodio. También aportan fibra y magnesio, lo que favorece la digestión y la función muscular.
Avena
Contiene betaglucano, una fibra soluble que contribuye a la saciedad. Distintos estudios publicados el año pasado en Current Nutrition Reports indicaron que el consumo regular de avena contribuye al control del peso y la salud del microbioma.
Remolacha
Proporciona nitratos naturales, que mejoran el flujo sanguíneo y pueden potenciar el rendimiento físico. Se observó que su consumo regular favorece tanto a deportistas como a personas con hipertensión.
Té negro
Abundante en flavonoides —compuestos antioxidantes que protegen contra el envejecimiento celular—, el té negro ha sido vinculado a mejoras en la salud vascular y muscular, según un informe reciente publicado en el International Journal of Food Science, que recomienda ingerir entre una y seis tazas al día.
Nueces
Los frutos secos son ricos en omega-3 ALA, fibra, proteínas y polifenoles. Diversos estudios los relacionan con una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y una mejora en la función cognitiva. Consumir una pequeña porción diaria proporciona múltiples beneficios para la salud.
Además, ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer y otras patologías.
Naranjas
Fuente natural de vitamina C y fibra, refuerzan el sistema inmunológico, mejoran el estado de ánimo y protegen la salud ocular.
Manzanas
Esta fruta gracias a su alto contenido de flavonoides, se asocian con un menor riesgo de fragilidad, deterioro físico y problemas de salud mental.
Investigaciones previas también señalaron que favorecen la diversidad del microbioma intestinal, lo que puede contribuir a disminuir la presión arterial sistólica y potenciar la salud cardiovascular.
Champiñones blancos
Ricos en ergotioneína —un potente antioxidante—, los hongos se asocian con una reducción del riesgo de varios tipos de cáncer, que puede alcanzar hasta el 45%, de acuerdo con estudios publicados en Advances in Nutrition.
Yogur
Aporta probióticos que benefician el microbioma intestinal. También es una fuente accesible de calcio, proteínas y vitaminas. Se determinó que su consumo habitual podría reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
Aceite de oliva
Consumir aceites vegetales como el de oliva en lugar de mantequilla se asocia con una menor mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Sustituir apenas 10 gramos de mantequilla por aceite de oliva podría reducir el riesgo de muerte por enfermedades oncológicas y otras causas en un 17%.
Huevos
Las yemas concentran colina, omega-3, leucina, zeaxantina y vitaminas D y B12. Estudios recientes los vinculan con una reducción del riesgo de padecer Alzheimer. Se recomienda el consumo de uno a tres huevos diarios para adultos sanos.
Granos
Incorporar regularmente lentejas, garbanzos o guisantes en la dieta mejora la ingesta de fibra, vitamina E, folato y minerales como hierro, zinc y magnesio.
Con información de Infobae