Un equipo internacional de científicos emitió una alerta sobre la propagación silenciosa de un gen, denominado npmA2, que confiere a diversas bacterias una resistencia total a una clase específica de antibióticos: los aminoglucósidos.
Este hallazgo sugiere a los autores de la investigación que las infecciones tratadas con estos fármacos podrían volverse incontrolables si la bacteria posee el gen.
De acuerdo con el estudio, publicado el 17 de julio en la revista científica Nature, el gen npmA2 se detectó en un gran número de muestras humanas, animales y ambientales a lo largo de seis países: el Reino Unido, Alemania, Francia, Estados Unidos, China y Australia.
Los investigadores revelaron que el gen se está extendiendo a través de hospitales y granjas y transforma cepas bacterianas comunes en lo que mencionan como «superbacterias» que desafían los tratamientos existentes.
El estudio, liderado por la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con instituciones como el Welcome Sanger Institute de Cambridge y el Instituto Pasteur de París, analizó cerca de dos millones de muestras bacterianas para rastrear la diseminación del npmA2.

“El gen se está extendiendo por todo el mundo como un fantasma. Casi nadie sabía de su existencia y, sin hacer ruido, ha empezado a aparecer en distintas partes y en bacterias que ya son difíciles de controlar”, explicó Bruno González-Zorn, director del estudio.
Cómo actúa el gen sobre las bacterias
Los científicos descubrieron que este gen opera como un “pasaporte genético”, es decir, el npmA2 se encuentra dentro de un fragmento de material genético que tiene la capacidad de moverse y copiarse entre diferentes tipos de bacterias.
Este fragmento actúa como un “caballo de Troya”, que se infiltra en el ADN de diversas bacterias y les confiere la capacidad de resistir a los aminoglucósidos.
Los aminoglucósidos son una familia de antibióticos usados frecuentemente como una de las últimas opciones de tratamiento cuando otras clases de fármacos fallan, especialmente en unidades de cuidados intensivos.
La resistencia a estos antibióticos representa un riesgo para los pacientes con infecciones graves, ya que limita las herramientas disponibles para combatirlas.

Bacterias identificadas en el estudio
Los investigadores detectaron dos tipos de bacterias con el gen npmA2. La primera se trata de la Clostridioides difficile, que es responsable de infecciones intestinales severas y difíciles de erradicar.
La segunda es Enterococcus faecium, un tipo de bacteria asociada con infecciones que se adquieren en entornos hospitalarios, conocidas como nosocomiales, con un alto riesgo de mortalidad.
“El gen npmA2 convierte a estas infecciones en prácticamente incurables”, advirtió Carlos Serna, coautor del estudio.
El doctor González-Zorn agregó que la comunidad científica debe comenzar a implementar medidas preventivas y de respuesta a nivel global, debido a que la resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública que contribuye a millones de muertes anualmente.
“Si no actuamos ya, nos abocamos a una era donde una simple infección vuelva a ser mortal”, alertó el director de la investigación.

Estrategias para reducir el riesgo
El estudio resaltó algunas estrategias que podrían ayudar a disminuir el potencial del gen sobre las bacterias:
– Fortalecer la investigación para desarrollar nuevos antibióticos que contrarresten la resistencia
– Intensificar la vigilancia del uso de antibióticos en humanos y en la producción animal para reducir la presión selectiva que favorece la aparición de resistencia
– Reforzar las medidas de control de infecciones en entornos sanitarios y agrícolas
Con la publicación de este hallazgo, el equipo científico espera que la comunidad sanitaria mundial colabore para conseguir una vía que permita erradicar el gen en las bacterias antes de que continúe su expansión por el mundo.
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