
Durante más de un siglo, las lápidas ausentes de un pequeño cementerio en Virginia Occidental ocultaron más que huesos: guardaban capítulos enterrados de la historia de Estados Unidos. Allí, entre árboles y tumbas desgastadas, descansaban los restos de varios miembros de la familia Washington sin que nadie supiera exactamente quiénes eran. Hoy, gracias a una de las investigaciones genéticas más detalladas jamás aplicadas a figuras históricas, se ha logrado identificar a tres de esos individuos y, de paso, reconstruir un fragmento esencial del legado familiar de George Washington.
Por Muy Interesante
El hallazgo, liderado por un equipo de científicos forenses y genealogistas y publicado en iScience, no solo ha permitido dar nombre a unos restos abandonados desde finales del siglo XIX, sino también obtener, por primera vez, el perfil Y-cromosómico del primer presidente de los Estados Unidos. Una pieza clave para rastrear sus descendientes patrilineales, aunque él nunca tuvo hijos.
Un cementerio olvidado y un misterio sin resolver
Todo comenzó en 1999, cuando un grupo de arqueólogos se propuso localizar la tumba de Samuel Washington, el hermano menor de George Washington. Sabían que fue enterrado en la finca familiar de Harewood, cerca de Charles Town, pero su tumba —al igual que muchas otras en el lugar— carecía de marca visible. La excavación desenterró cinco tumbas sin nombre y restos óseos fragmentarios, pero los análisis genéticos de entonces eran insuficientes para extraer conclusiones.
Pasaron dos décadas. Lo que parecía un caso perdido resucitó con el avance de la tecnología genética. Nuevos métodos de análisis permitieron trabajar con ADN severamente degradado, recuperado de huesos pequeños y dientes deteriorados. Con estas herramientas, los científicos pudieron reconstruir perfiles genéticos completos y establecer relaciones familiares con un nivel de precisión que hace solo unos años habría sido impensable.
ADN, genealogía y reconstrucción familiar
Los análisis revelaron algo inesperado: los tres individuos compartían un vínculo directo. Se trataba de una madre y sus dos hijos varones. Las pistas documentales, unidas a los resultados genéticos, confirmaron que eran Lucinda «Lucy» Payne y sus hijos George Steptoe Washington Jr. y el doctor Samuel Walter Washington. Todos ellos descendientes de Samuel Washington, el hermano de George.
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