
Tom Cruise convirtió la franquicia «Misión imposible» en uno de los fenómenos cinematográficos más rentables de Hollywood, acumulando entre 420 y 435 millones de dólares a lo largo de ocho películas que han redefinido el cine de acción moderno.
El actor estadounidense estableció un precedente financiero desde la primera entrega en 1996, cuando negoció no solo su salario como actor principal, sino también una participación en las ganancias como productor a través de su empresa Cruise/Wagner Productions.
Esta estrategia comercial le permitió obtener 70 millones de dólares por «Misión imposible», que recaudó 457 millones de dólares en taquilla mundial.
La segunda película de la saga, Misión imposible 2, dirigida por John Woo en 2000, representó el pico financiero más alto para Cruise en la franquicia. Con una recaudación global de 546 millones de dólares, el actor optó nuevamente por acuerdos de participación en lugar de un salario garantizado, obteniendo entre 75 y 100 millones de dólares, según especuló la prensa internacional.
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