
No es fácil que una idea o un concepto económico lleve tu nombre. Las teorías keynesianas, ricardianas o malthusianas. La —más que discutida— curva de Laffer o la de Phillips. El equilibrio de Nash. Y el trilema de Rodrik, profesor de la Universidad de Harvard, habitual —octubre sí, octubre también— en las quinielas del Nobel, autor del inolvidable La paradoja de la globalización (Antoni Bosch, 2012) y, en fin, uno de los grandes economistas de nuestros días.