Cristina Kirchner, dos veces presidenta de Argentina y hoy principal dirigente de la oposición, está desde este martes presa en su casa. Los jueces que la condenaron a seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos le concedieron el beneficio de la prisión domiciliaria. También decidieron comunicarle su decisión con un escrito, ahorrándole el traslado hacia los tribunales federales, previsto para este miércoles. Neutralizaron así los efectos de “la manifestación popular más grande de la historia”, como había prometido el peronismo para acompañar a su dirigente hacia su destino judicial definitivo.
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