
Una amenaza silenciosa se extiende bajo el suelo de Miami, poniendo en jaque la seguridad del agua potable para más de tres millones de personas. Según informó Bloomberg, una pluma hipersalina con trazas de isótopos radiactivos se filtra desde la planta nuclear Turkey Point hacia el acuífero de Biscayne, principal fuente del recurso en la región.
Por Infobae
Mientras ingenieros y autoridades luchan por contener la contaminación, la magnitud del desafío revela los dilemas de la energía nuclear en zonas densamente pobladas y ambientalmente sensibles como el sur de Florida.
Una “pluma” en términos hidrogeológicos es una masa de agua contaminada que se extiende gradualmente bajo tierra, adoptando una forma característica que recuerda a una pluma de ave cuando se visualiza en mapas geológicos.
Detalle del problema: la pluma hipersalina y su avance
Ubicada a unos 24 kilómetros al sur de Miami, la planta nuclear Turkey Point, propiedad de Florida Power & Light (FPL), subsidiaria de NextEra Energy Inc., opera desde 1972 y abastece de electricidad a cerca de un millón de hogares y negocios.
Su sistema de enfriamiento, compuesto por una red de canales de 270 kilómetros, fue diseñado para evitar el vertido directo de agua caliente al mar tras una demanda federal en los años setenta.
Sin embargo, este sistema ha generado un problema inesperado: la acumulación de agua con alta concentración de sal y trazas de tritio, un isótopo radiactivo, que se filtra a través del lecho de piedra caliza hacia el acuífero subterráneo.
La pluma de agua salina se ha desplazado hacia el norte y el oeste, acercándose peligrosamente a los pozos de agua potable de Miami y los Cayos de Florida. Según datos recogidos por Bloomberg, la contaminación se encuentra a solo seis kilómetros de uno de los campos de pozos de Miami y a unos once kilómetros de los principales pozos y la planta de tratamiento de Key West.
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