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sábado 5 de julio 2025
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Con nuevas rutas transfronterizas, los narcos se fortalecen en el Catatumbo

Esta es una de las pistas clandestinas para el aterrizaje y despegue de aviones

 

 

 

Los 1.375 kilos de cocaína de alta pureza decomisados en abril pasado en El Carmen y Cúcuta, en Norte de Santander, son un indicio de que las “máquinas” del narcotráfico volvieron a trabajar a toda marcha después de un bajón de actividad y precios que duró cerca de tres años.

Por Connectas

Ambos municipios están en zonas limítrofes por las que pasan importantes rutas del narcotráfico que sale desde el Catatumbo, la segunda zona del país con más siembras de hoja de coca y producción de cocaína, según datos del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC). El Carmen colinda con el sur del departamento del Cesar, y Cúcuta, la capital de Norte de Santander, está en la frontera con Venezuela.

La incautación se produjo en dos operaciones contra el narcotráfico ejecutadas por la Policía, el Ejército y la Fiscalía General de la Nación, y, según una fuente de inteligencia, en una de ellas murió uno de los conductores tras no obedecer la orden de pare que le dio un grupo de militares. La droga era transportada en caletas que les adaptaron a dos camiones y una volqueta y tenía como destino un puerto marítimo desde donde la llevarían a Estados Unidos, México o Europa.

Un decomiso de este tamaño podría ser habitual en los puertos marítimos del Caribe o del Pacífico por el lado colombiano. Pero no en estas zonas, donde las incautaciones de droga se dan a menor escala. “Que se den dos incautaciones de esa magnitud es algo muy raro. Acá los narcotraficantes no acostumbran a arriesgarse tanto, muchos prefieren mover pequeñas cantidades y de manera constante, porque es más seguro. Cuando sacan esas grandes cantidades, lo hacen por la frontera con Venezuela y porque están confiados de que van a ‘coronar’”. Así lo asegura anónimamente un líder social a #LaHoraDeVenezuela.

 

En el último año se ha reactivado la producción de cocaína a gran escala a ambos lados de la frontera colombovenezolana. Foto: Policía Nacional de Colombia.

 

La verdad detrás de estas incautaciones marca un viraje digno de analizar. Según fuentes de inteligencia, los dos cargamentos revelan que en el Catatumbo, además de la reactivación de las “máquinas” del narcotráfico, los grandes carteles volvieron a esa zona. “Retornó la temporada alta de la cocaína catatumbera”, señala un campesino cocalero, cuando se le pregunta si es cierto que la reciente crisis económica se había acabado.

Y es que desde finales de 2021, el narcotráfico en el Catatumbo se había frenado a tal punto que hubo un estancamiento en la producción. Las grandes cantidades de base de coca y de cocaína se mermaron a raíz de que carteles mexicanos como Jalisco Nueva Generación y Sinaloa decidieron comprar el alcaloide en el sur de Colombia, por su gran calidad. A esto se le sumaron varias acciones de las autoridades venezolanas al destruir un gran número de pistas clandestinas para el aterrizaje y despegue de aviones que iban y venían de diferentes puntos del Caribe. Estas pistas estaban ubicadas en diferentes puntos del estado Zulia.

 

Avión destruido por la Fuerza Aérea venezolana en un pista en el Estado Zulia, en operativo antinarcóticos. Foto tomada de redes sociales de autoridades venezolanas.

 

A pesar de esto, la región del Catatumbo colombiano, conformada por 11 municipios con 373.000 habitantes y más de 43.000 hectáreas sembradas con cultivos ilícitos, no dejó de producir las drogas. Anualmente, según las mediciones del SIMCI, serían procesadas como mínimo 300 toneladas de cocaína por las redes de los narcos y los grupos armados ilegales que controlan toda la cadena de la producción.

Precisamente, el control de esa economía ilegal es lo que ha llevado a que desde hace seis meses se esté dando una guerra entre el ELN y la disidencia del Frente 33 de las FARC, que ha dejado más de 150 muertos, miles de desplazados y daños irreparables en la población civil. Estos dos grupos saben muy bien que el ganador se quedará con miles de millones de dólares que ingresan al Catatumbo por cuenta del narcotráfico.

Pero esa pelea a muerte entre las dos organizaciones ilegales no frenó la producción de base de coca y cocaína; por el contrario, la reactivó a gran escala y se mantiene, “porque ninguna autoridad se arriesga a meterse a hacer alguna acción. Los artefactos explosivos no convencionales que están usando esos grupos, como los drones, son una gran amenaza para todo el mundo”, comenta la fuente de inteligencia.

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