
Después de que Kim Visintine acostaba a su hijo en las noches en un hospital de San Luis, Misuri, se dirigía a la biblioteca del hospital, donde se quedaba hasta el amanecer. Estaba decidida a descubrir cómo era que su hijo había se enfermado gravemente con un tumor cerebral poco común con tan solo una semana de vida.
Por BBC
«Los médicos estaban impactados», cuenta. «Nos dijeron que su enfermedad era única. Otros padres estaban aprendiendo a cambiar pañales, mientras yo estaba aprendiendo a cambiar los puertos de quimioterapia y las vías intravenosas».
A Zack, el hijo de Kim, le diagnosticaron glioblastoma multiforme. Es un tumor cerebral muy poco común en niños, que normalmente suele presentarse en adultos mayores de 45 años.
Zack recibió quimioterapia, pero los médicos dijeron que no había esperanza de recuperación. Murió con tan solo 6 años.
Años después, las redes sociales y las conversaciones de los vecinos hicieron que Kim empezara a pensar que su hijo no era un caso aislado. Quizás formaba parte de un panorama más amplio que se desarrollaba en su comunidad, en los alrededores de Coldwater Creek.
En esta zona de EE.UU., el temor al cáncer ha llevado a los residentes locales a acusar a las autoridades de no hacer lo suficiente para apoyar a quienes pudieron haber estado expuestos a la radiación debido al desarrollo de la bomba atómica en la década de 1940.
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