
Cuando el presidente Donald Trump ganó las elecciones de EE.UU. del año pasado, los funcionarios europeos comenzaron rápidamente a debatir cómo mantener los envíos de armas estadounidenses a Ucrania bajo el gobierno de un líder que había prometido retirar el apoyo estadounidense.
Por CNN
Ocho meses después, los resultados de ese plan se vislumbran con el apoyo de Trump a una novedosa idea: vender armas estadounidenses a países europeos que luego las transferirán a Kyiv.
Trump también impuso un nuevo plazo a Rusia: advirtió que, si no se alcanza un acuerdo de paz con Ucrania en 50 días, impondrá aranceles “muy severos”.
“Vamos a imponer aranceles muy severos si no tenemos un acuerdo en 50 días”, dijo Trump. “Aranceles de alrededor del 100 %, se les podría llamar aranceles secundarios. Ustedes saben lo que eso significa”. Un funcionario de la Casa Blanca aclaró a CNN que el presidente se refería a aranceles del 100 % a Rusia y a sanciones secundarias para los países que compran petróleo ruso.
El presidente anunció el plan durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el lunes.
Además de las baterías de misiles Patriot —el principal objetivo de Kyiv y que Trump declaró el domingo como vital para la defensa de Ucrania—, Estados Unidos también podría vender misiles de corto alcance, proyectiles de obús y misiles aire-aire de mediano alcance a los miembros de la OTAN, que luego serían transferidos a Ucrania, según una persona familiarizada con las deliberaciones.
La decisión de Trump tiene múltiples fundamentos, según las autoridades.
Al vender armas a países europeos, en lugar de transferirlas a Ucrania, Trump espera protegerse de las críticas políticas que lo acusan de estar incumpliendo su promesa de campaña de reducir el papel de Estados Unidos en la guerra que lleva años en curso.
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