Es la una de la madrugada y cientos de personas llevan horas en la localidad cisjordana de Beitunia esperando en el frío a 76 de los 90 presos liberados por Israel (otros 14 fueron conducidos a Jerusalén Este), tras haber recibido con vida a tres de sus rehenes en Gaza. El canje se retrasa y las tropas israelíes ante la cercana prisión de Ofer se acercan cada vez más a la rotonda. Cuando se corre la voz de que vienen, la multitud sale corriendo y, poco después, se calma, como un juego adolescente. De los 90 reos puestos en libertad en el intercambio, 69 son mujeres y 21 menores de edad.