
La devastación que dejó el huracán Melissa, una tormenta de categoría 5, ha sumido a Jamaica en una crisis humanitaria sin precedentes.
Por: BBC Mundo
En la ciudad portuaria de Black River, los sobrevivientes recorren calles cubiertas de lodo y escombros buscando cualquier cosa para comer.
Barcos volcados, edificios derrumbados y autos destrozados conforman el panorama de una comunidad aislada, sin electricidad, agua corriente ni vías transitables.
Los testimonios recogidos por BBC Mundo revelan escenas de desesperación: personas que se adentran en supermercados destruidos o farmacias saqueadas para conseguir agua, alimentos o medicinas.
“No fuimos egoístas, tuvimos que compartir lo que encontrábamos”, contó Demar Walker, uno de los afectados, quien asegura no haber visto aún camiones de ayuda en la zona.
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El alcalde de Black River, Richard Solomon, reconoció que la población está al borde del colapso y que la mayoría de los saqueos responden al hambre y la desesperación.
“Queremos que St. Elizabeth se recupere. No pedimos dinero, solo comida y agua”, expresó Shawn Morris, uno de los habitantes que aún resiste entre los restos de su comunidad.
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