El municipio Bolívar, que pertenece al estado Yaracuy – Venezuela, limita al norte con Falcón, al oeste con Lara y al sureste con varios municipios de la región. Su superficie es aproximadamente 1.087 km² y cuenta con una población estimada en más de 30.000 habitantes, según el último censo oficial (INE, 2011). Su capital es el pueblo de Aroa, reconocido por su historia ligada a la minería, especialmente porque en el testamento del Libertador Simón Bolívar se declara que las minas de cobre de Aroa formaban parte de sus últimas propiedades (ver Figura 1).

En este artículo haremos un breve repaso de la historia de las minas de cobre de Aroa, enfocados en destacar el notable desarrollo local que hubo debido a las grandes inversiones de capital, la incorporación de nuevas tecnologías y el aporte del recurso humano de la época. El crecimiento poblacional, junto con el desarrollo en infraestructura, la generación de empleos y el impacto en la economía nacional a través de los ingresos provenientes de la exportación de cobre, marcaron un período que sin duda merece ser estudiado y puesto en valor, especialmente por las lecciones que ofrece para la reconstrucción de una nueva Venezuela.
Desarrollo de la industria del cobre en Aroa
En 1832, María Antonia Bolívar, hermana del Libertador, vendió las minas a la empresa inglesa “Bolívar Mining Association”, quienes la tenían en calidad de arriendo desde 1824. Entre 1824-1836 se extrajeron más de 200.000 toneladas del mineral bruto; la población creció de 812 a 4.460 habitantes con más de 200 ingleses viviendo y trabajando en Aroa.
Posteriormente, entre 1840 y 1892, las compañías inglesas (como “Quebrada Land and Mining Company”) continuaron la explotación de cobre, cuyo crecimiento incentivo la inversión en maquinaria moderna (hornos de fundición, sistemas de extracción) y hasta se construyó un ferrocarril que conectaba Aroa con Tucacas y Boca de Aroa, el principal puerto de exportación. Este ferrocarril, inaugurado en 1877, fue el primero de Venezuela —y uno de los primeros de Latinoamérica—, permitiendo exportar el cobre hacia Europa, especialmente al puerto de Swansea, en Gales, y EE.UU.
Según datos, entre 1878 y 1892, se extrajeron más de 75.000 toneladas de cobre, consolidando a Venezuela como el sexto productor mundial del mineral. La explotación atrajo ingenieros, técnicos y obreros de Inglaterra y Holanda, quienes introdujeron conocimientos avanzados en minería, metalurgia y generación eléctrica, pues en Aroa se instalaron algunas de las primeras plantas eléctricas de Latinoamérica (Verna P., 1975).
En términos de infraestructura, empleo y tecnología, Aroa se convirtió en un motor pionero de modernización para Venezuela, por encima de otras regiones que todavía dependían de la agricultura o la producción artesanal.
Lecciones y aprendizajes
La historia de Aroa no sólo resalta desde un punto de vista patriótico —por su vínculo hereditario con el Libertador Simón Bolívar— sino también como un referente de industrialización temprana y de integración con la economía mundial. Entre los principales aprendizajes que podemos extraer desde esta perspectiva, se encuentran:
- Infraestructura como motor de desarrollo: El ferrocarril y otras obras mejoraron la conectividad regional y nacional.
- Transferencia tecnológica y capital humano: La llegada de expertos extranjeros permitió la modernización de procesos y la formación de mano de obra calificada.
- Crecimiento y diversificación económica: La minería impulsó actividades complementarias como el comercio, los servicios y la construcción. Por su parte, las exportaciones de cobre generaron un excedente importante de ingresos para el país.
- Atracción de inversiones extranjeras: Las inversiones de capital y alianzas con empresas privadas permitió acceder a recursos y tecnologías de vanguardia.
- Sostenibilidad y planificación: El agotamiento de las vetas y la ausencia de estrategias de largo plazo ocasionaron el declive de la industria, demostrando la necesidad de una visión sostenible en el tiempo.
Comentarios finales
Las minas de Aroa son un testimonio de cómo la planificación estratégica, la inversión en infraestructura, la apertura a la innovación tecnológica y la diversificación económica pueden transformar a una región en un polo de desarrollo.
Este legado histórico guarda relación con los principios y ejes del proyecto nación “Venezuela Tierra de Gracia”, en torno a:
- Brindar espacio al capital privado nacional e internacional bajo reglas claras y justas.
- Fortalecer el rol del Estado como regulador y planificador estratégico.
- Impulsar la inversión en infraestructura, seguridad, tecnología y capital humano.
- Crear un marco legal y fiscal estable que fomente la confianza mutua entre Estado y empresarios.
- Diversificar la economía para reducir la dependencia de un sólo recurso y generar diversas fuentes de empleo.
La historia de Bolívar (Aroa) se convierte en una referencia de crecimiento y desarrollo que es oportuna recordar. Esta era de la explotación de sus minas de cobre, nos recuerda que es posible construir un futuro de prosperidad y bienestar, siempre que logremos combinar estos aprendizajes con una visión moderna y sostenible.