
Docenas de venezolanos se reunieron en El Arepazo, un restaurante icónico en el corazón de la comunidad venezolana de Doral, para una vigilia la noche del jueves en apoyo a las protecciones contra la deportación que actualmente están bajo revisión de la Corte Suprema estadounidense.
Por El Nuevo Herald
El evento fue organizado por el Venezuelan American Caucus para mostrar respaldo a la comunidad venezolana en el último día para argumentar ante la Corte Suprema, en un caso que podría determinar si se mantiene o revoca el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los venezolanos.
“Volver sería un boleto directo a una mazmorra o a la muerte”, dijo Liduzka Aguilera. “No podemos regresar. Simplemente no es seguro”.
Aguilera, de 54 años, es beneficiaria del TPS y vive en Doral con su familia conformada por cuatro personas. Abogada penalista en Venezuela, huyó de la persecución política y llegó a Estados Unidos en 2018, donde solicitó asilo. En 2021, ella y su familia obtuvieron el TPS. Ahora esperan una decisión crucial que podría determinar si permanecen seguros o si enfrentan la amenaza de ser enviados de regreso a un país que temen. Para ella, regresar a Venezuela no solo es impensable: es una cuestión de vida o muerte.
Más de 600.000 venezolanos tienen TPS, quienes representan el 66% de la comunidad venezolana en Estados Unidos, que supera las 900.000 personas. En las últimas dos décadas, el país ha experimentado un aumento dramático en su población venezolana, impulsado por un éxodo masivo desde una nación devastada por una crisis humanitaria y política.
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