
El 2024 YR4 es un viejo conocido de los observadores astronómicos, ya que durante un tiempo se vio como un posible peligro para la Tierra, con unas pocas (que no nulas) posibilidades de impacto. Dado su tamaño, entre 40 y 90 metros de ancho, este asteroide estaría catalogado como “destructor de ciudades” en su versión más grande, y dado que el porcentaje de impacto superaba el 1% de probabilidades, es automáticamente catalogado por la NASA como un objeto a seguir. Ahora, la agencia espacial norteamericana ha proporcionado nuevos datos que apuntan a un incremento de impacto sobre la superficie de la Luna en 2032.
El objeto en cuestión lleva tiempo monitorizándose con los medios disponibles. Es demasiado pequeño y está demasiado alejado como para poder ser visto desde la Tierra, pero los telescopios espaciales como el James Webb han podido arrojar detalles sobre su trayectoria y sus posibilidades de impactar sobre nuestro planeta. Una actualización de finales de febrero descartaba que eso pudiera producirse, dejándola en un insignificante 0.004%. Sin embargo, las más recientes observaciones apuntan a un ligero aumento en las posibilidades de que impacte en la Luna, de 3.8% a 4,3%, a finales de 2032.
¿Qué pasaría si el asteroide impactara en la Luna?
Incluso aunque se aceptara como bueno el tamaño máximo que puede tener el objeto celeste, este no sería capaz de realizar un daño significativo sobre nuestro satélite, ni podría alterar su órbita. Sería, eso sí, un espectáculo astronómico fascinante, visible desde la Tierra, además de que sería una oportunidad inmejorable para ver en directo cómo se crea un cráter lunar y todo el proceso alrededor de un fenómeno. La Luna, al no tener atmósfera, conserva perfectamente todos los impactos que ha recibido a lo largo de sus 4500 millones de años de vida, inmortalizados en cráteres como el de Aristarco, su mayor y más anciano cráter, con 40 km de diámetro y 3.7km de profundidad.
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