
El reciente ataque aéreo contra la instalación de enriquecimiento de uranio de Natanz ha generado preocupación por la posible contaminación radiactiva y química en Irán, aunque las autoridades internacionales y locales han señalado que los niveles de radiación fuera del complejo permanecen dentro de los parámetros normales.
Por Infobae
Según informó el Financial Times, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) confirmó que los bombardeos israelíes dañaron tanto las salas subterráneas de enriquecimiento como instalaciones superficiales, pero no han provocado un impacto radiológico externo que afecte a la población o al medio ambiente.
El director general de la AIEA, Rafael Grossi, calificó como “profundamente preocupante” el hecho de que se hayan atacado infraestructuras nucleares, advirtiendo que la escalada militar “aumenta la posibilidad de una liberación radiológica con consecuencias graves para las personas y el entorno”.
Grossi detalló que la contaminación detectada en Natanz se limita principalmente a partículas alfa, las cuales pueden ser controladas eficazmente mediante equipos de protección adecuados, como mascarillas respiratorias. Estas partículas, aunque peligrosas si se inhalan o ingresan al organismo a través de heridas, no representan un riesgo significativo mientras permanezcan fuera del cuerpo, ya que la piel humana actúa como barrera.
La AIEA, en dos evaluaciones realizadas esta semana, precisó que los ataques israelíes dañaron tanto las salas subterráneas de enriquecimiento de Natanz como instalaciones superficiales, incluyendo una planta piloto de enriquecimiento de combustible. Sin embargo, los niveles de radiación fuera del complejo no han variado, lo que indica que no existe un impacto radiológico externo.
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