
La advertencia publicada hace 80 años por el diario The New York Times se cumplió. La impactante noticia de la muerte del líder nazi y el inminente fin de la II Guerra Mundial fue recibida con una incredulidad que duraría décadas.
El fallecimiento fue informado en la noche del 1 de mayo de 1945 por Radio Hamburgo, detallando que había sucedido esa tarde “en su puesto de comando en la Cancillería del Reich luchando hasta su último aliento en contra del bolchevismo y por Alemania”.
Las muchas muertes del Führer
Con la ocupación soviética de Berlín, afloraron distintas versiones sobre lo ocurrido. Las historias cambiaban y se contradecían entre sí. El 3 de mayo de 1945, el Ejército Rojo informó que Hans Fritzsche, el número dos del ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels, había dicho que este y Hitler se habían suicidado en el búnker del líder nazi en la sede de la cancillería en Berlín.
Ese mismo día, una emisora de radio en París afirmó haber recibido reportes según los cuales el Führer había sido asesinado la noche del 21 de abril, tras una disputa con sus propios generales sobre la conveniencia de continuar la guerra. Las versiones se multiplicaban con los días.
La agencia de noticias japonesa Domei informó que había muerto durante un ataque de artillería soviética sobre su residencia.
Un despacho de la agencia informativa UP citaba a un ex alto funcionario del Ministerio de Exteriores nazi que creía que Hitler había fallecido varios días antes a causa de una hemorragia cerebral y que había sido llevado a la capital alemana para morir como un héroe.
“Pueden estar seguros de que el cuerpo de Hitler no será descubierto”, vaticinó.